C DE CULTURA

Se viene la lluvia

abril 20, 2022

Luis Sokol

Se viene la lluvia, salgan preparados… 

Decía el locutor. Diego estaba prestando atención a algo más. Las nubes estaban adoptando un gris amenazador. 

… luego nos enfermamos y culpamos a la lluvia. –Continuó el locutor. 

–Pero la lluvia no tiene la culpa– dijo Diego, apagó su coche y se bajó. Estaba a la mitad de una carretera. Rodeado de trigo. Tenía en su mano derecha un pistola, en la izquierda un libro de matemáticas escrito por un tal Flores Magón. Un genio de su época. Un genio que había desaparecido. Diego trataba de hacer lo mismo. El dolor era ya insoportable, tenía que estar hablando consigo mismo constantemente para distraerse de él. 

Así eran unos instantes en su cabeza: 

Yo no tuve nada que ver si tan sólo pudiera volver al pasado como en ese libro del tal español no me acuerdo ya no hablé con Mathilde seguro que ha de estar preocupada porque va a llover y no le he marcado en dos días..

Un segundo de silencio era lo que quería. Se metió a un campo de trigo y se fue desnudando poco a poco. Ni siquiera estaba consciente de lo que hacía. El libro ya lo había tirado. La pistola no. Esa no la iba a soltar ya jamás. 

Una golondrina que vivía en una montaña de por ahí voló muy cerca de él como si supiera lo que iba a suceder y se hubiera acercado para pedirle que no lo hiciera. Pero aunque Diego hubiera estado poniendo atención no habría tenido la sensibilidad para leer a la naturaleza de esa forma.. 

En cambio, esto pasaba por su mente: 

Una sola vez la vi me acuerdo en ese semáforo en camino a la escuela María se llamaba cuando me acerqué se asustó pero al final me dio su número iba en prepa ella yo en primer año de la universidad tenía la mitad de la cabeza rapada medio extraña yo creo que reprobó prepa tenía manos raras y fingía hablar francés. 

En ese momento María se encontraba en un avión camino a Francia. Veinte minutos más tarde sobrevolaría el campo donde Diego se encontraba. 

Completamente desnudo, el lodo se acumulaba en los dedos de sus pies, la lluvia bañaba intensamente todo su cuerpo. Si tan sólo se hubiera detenido para sentirlo probablemente seguiría aquí. Pero él ya se había aislado hacía meses. No sentía nada. Se podía bañar con agua tan caliente como para cocinar un huevo y no sufría. Era lo que quería a toda costa, dejar de sufrir. 

¡Ya papá! Esta es la última vez que me golpeas soy más grande y fuerte que tú eso le debí haber dicho seguro que me lo hubiera podido putear a ese hijo de puta cabrón solo un golpe en la quijada y una patada en los huevos lo tiraba al suelo y pateaba hasta que muriera sangre en toda su cara ya sin dientes dos patadas más en los huevos que sufriera que sufriera que sufriera ¡ya! 

Un trueno cubrió el sonido del disparo. El cuerpo sería recuperado tres días después y Mathilde lo identificaría.


Sobre el autor: La creación de mundos breves que en su simpleza esconden su complejidad, sinécdoque de universos posibles, es el principal objetivo de la literatura de Luis Sokol -el segundo objetivo en orden de importancia es el de entretener. Con esto Luis procura crear en su lector una curiosidad por su propia existencia y la potencial inventiva para generar el movimiento interno.

Portada: Miguel Ignacio Rodríguez Viloria