C DE CULTURA

Volver a la música en vivo: un reto colectivo

COVID-19 escena musical en México música

noviembre 4, 2021

Fernanda Piña

La llegada de las vacunas al país representó esa luz al final del túnel que necesitaba la música local para mantenerse a flote. Tras más de un año y medio de incertidumbre, de llevar a cabo presentaciones virtuales o en la modalidad de autoconciertos, poco a poco las bandas mexicanas han regresado a los escenarios de la Ciudad de México. Las fases de vacunación que contemplan a los adultos jóvenes, quienes son el público mayoritario de bares y foros de conciertos en la capital mexicana, han permitido que poco a poco se restablezca la escena de la música local. Sin embargo, los artistas mexicanos se han encontrado con un panorama distinto al que conocían antes de la contingencia sanitaria, pues muchos de los foros y bares que frecuentaban han tenido que cerrar, ya sea debido a la pandemia o a otras causas. Así, la COVID-19 se ha vuelto sólo una más en la lista de problemáticas con la que las bandas locales tienen que lidiar para establecerse en la escena.

Los recintos de la zona de la Condesa, por ejemplo, se han visto notablemente afectados, pero con frecuencia han sido causas ajenas a la pandemia las que los han obligado a cerrar definitivamente sus puertas. Lamentablemente, se han presentado casos de corrupción y situaciones vinculadas al narcotráfico que han ahuyentado a los dueños de estos establecimientos o han llevado a la clausura a estos espacios. Tal fue el caso del bar Caradura, pues el 31 de diciembre de 2019, tras nueve años de operación, anunció su cierre definitivo mediante un comunicado en el que se enunció una “situación de seguridad” que impedía al lugar garantizar el bienestar de sus clientes. Aunado a esto, en mayo de 2021, mientras comenzaban a abrir sus puertas algunos recintos culturales y de entretenimiento en la ciudad tras la disminución de contagios de COVID-19, el Plaza Condesa fue clausurado. Este foro, que desde 2011 albergó a cientos de bandas de todos los géneros y niveles de popularidad, sufrió serios daños desde el terremoto del 19 de septiembre de 2017, sin embargo, continuó operando hasta que la pandemia lo obligó a hacer una pausa indefinida. Según un extenso reportaje publicado por Alejandra Crail en Gatopardo, hay tres puntos principales que han impedido la demolición de este conjunto de edificios que representa un riesgo latente (no sólo para los asistentes a conciertos, sino para todo aquel que transite la zona): la inacción de las autoridades, la falta de acuerdos entre propietarios y locatarios y la presión del crimen organizado, pues tanto el foro como los bares aledaños son puntos estratégicos para la venta de drogas. Entre estos casos y los numerosos recintos de este tipo que no pudieron soportar la crisis derivada de la pandemia, la cantidad de espacios aptos para el desarrollo de la escena musical local ha disminuido considerablemente, situación que vuelve fundamental fortalecer los que siguen en pie y que trabajan de manera responsable y ética. Identificar estos espacios seguros es cada vez más complicado, por lo que las autoridades de la capital necesitan estar más involucradas en examinar la operación de estos lugares e impulsar aquellos que puedan garantizar el bienestar de sus asistentes.

Tanto la pandemia como la difusión en los medios de las graves problemáticas que afectan a los recintos de conciertos de la Ciudad de México han provocado que una parte del público que solía acudir a las presentaciones de bandas locales y aventurarse a conocer nuevas propuestas desconfíe ahora para asistir, pues tanto su salud como su seguridad podrían estar en riesgo. A pesar de que el panorama luce oscuro, muchos foros se han esforzado por mantenerse en el gusto del público y captar cada vez más asistentes a sus espacios. Uno de los escenarios de mayor importancia para las bandas locales que ha regresado a la actividad constante ha sido el multiforo urbano Bajo Circuito, ubicado en el bajo puente del Circuito Interior, a la altura de Juan Escutia. Desde que abrió sus puertas nuevamente (a partir de marzo, con el aforo que cada color del semáforo ha permitido), ha recibido a un gran número de bandas nacionales e internacionales. Durante los últimos meses, este foro ha registrado hasta seis eventos por semana.

Hasta este recinto llegó la música de Random V el pasado sábado 23 de octubre. El vocalista del grupo de rock pop, Luna, contó anteriormente a C de Cultura las acciones que la banda emprendió para mitigar los efectos de la pandemia. Ahora, comenta que regresar a los escenarios fue para Random V una situación casi igual de complicada que haber tenido que parar. Luna me cuenta que la agrupación sintió la presión para volver a presentarse en vivo al ver que otras bandas comenzaron a hacerlo: “cuando empezamos a ver que tanto artistas emergentes como artistas de renombre empezaron a hacer shows, sentimos cierta presión. Es como si tuvieras un restaurante y vieras que ya todos los demás restaurantes abrieron menos el tuyo. Comencé a pensar que todo el mundo ya estaba recibiendo ingresos y teniendo actividad. La escena en la que nos desenvolvemos ya estaba activa y, vamos a ser honestos, los artistas viven completamente del show en vivo”. A pesar de la presión y la urgencia por generar ingresos que las bandas locales puedan sentir, es importante que las medidas sanitarias no se dejen de lado en ningún momento, aunque eso implique retrasar su regreso a los escenarios. Entre lo que dice Luna, se asoma con frecuencia la palabra “miedo”, pues menciona que esta sensación acompañó a Random V en su regreso a los escenarios: un miedo a que las cosas no salieran del todo bien.

El aforo limitado, el uso de cubrebocas en todo momento, la exigencia de un comprobante de vacunación o una prueba de COVID-19 negativa, han sido las principales medidas que las empresas de entretenimiento y los encargados de los foros de conciertos han implementado para reducir al máximo la probabilidad de contagios. Cabe destacar que toda la población mayor de 18 años de la capital mexicana ya ha tenido la oportunidad de recibir al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus, lo que hace que gran parte de la responsabilidad de evitar la propagación masiva del virus recaiga ahora en los asistentes. Para Luna, de Random V, la cooperación del público es el componente principal para que el regreso de los conciertos sea exitoso: “los foros pueden limitar el aforo, poner gel antibacterial o tomar la temperatura, pero, ¿de qué va a servir eso si la gente se va a quitar el cubrebocas? Honestamente, creo que no se ha logrado del todo que el público respete esas medidas. Y no sólo pasa en los shows, sino en la sociedad en general. Yo soy músico callejero, voy a tocar a varios lugares de la ciudad y con frecuencia veo personas sin cubrebocas. Así que no importa qué tan bien estemos coordinados los músicos con los encargados de los foros y los bares, no va a funcionar si la gente no quiere poner de su parte”. Por otro lado, las medidas que se han tomado en los recintos de conciertos no solamente han estado dirigidas al público, sino que también han tomado en cuenta a los músicos. Sobre esto también habla Luna: “antes, en varios foros, nos tocaba compartir el camerino, y ahora no se ha hecho así. No puede haber más de una banda en el camerino. Y, como cantante, además, me gustaría recomendarles a otros que lleven su propio micrófono. Yo llevo el mío a donde sea. Incluso antes de la pandemia no me gustaba usar el micrófono que habían usado otras bandas antes, porque hasta llegaba a oler a saliva, y ahora con más razón tomo esa medida”. 

Junto con los conciertos de bandas emergentes en foros pequeños, se ha anunciado el regreso de festivales masivos, tales como el Corona Capital y el Vive Latino. El más próximo a celebrarse, Corona Capital, que se llevará a cabo el 20 y 21 de noviembre, ha solicitado explícitamente al público acudir con una constancia de vacunación completa, emitida por la autoridad mexicana o extranjera correspondiente. En caso de no contar con dicha constancia, los asistentes deberán presentar una prueba negativa de COVID-19, ya sea de antígenos o PCR, realizada en un laboratorio privado autorizado máximo 72 horas antes del evento Adicionalmente, la organización del festival indica que el uso continuo del cubrebocas es obligatorio, independientemente de contar con un esquema de vacunación completo. La exigencia de un comprobante de vacunación o prueba negativa del virus ya ha sido aplicada en diversos festivales alrededor del mundo, sin embargo, no en todos los casos ha sido una medida suficiente. El ejemplo más claro de que aún con estas indicaciones se deben tomar precauciones adicionales como el uso de cubrebocas en todo momento (que, contrario a otros eventos similares alrededor del mundo, el Corona Capital sí contempla) fue el festival Verknipt, celebrado en los Países Bajos el 3 y 4 de julio de este año, al que asistieron alrededor de veinte mil personas y resultaron contagiadas unas mil. Estas experiencias han demostrado que, para el regreso a los conciertos, a cualquier escala, aún se debe priorizar el uso de cubrebocas, gel antibacterial y, en la medida de lo posible, mayor distancia entre los asistentes, sin importar que ya hayan sido vacunados.

Volver a los escenarios les ha exigido a los músicos una preparación diferente, pero igual de exhaustiva. Random V, por ejemplo, vio afectada su economía en este proceso, tal como lo comenta Luna: “nosotros ensayábamos mucho en la casa del baterista, pero, como él vive con su mamá y no queríamos ponerla en riesgo, nos vimos en la necesidad de rentar salas de ensayos, en un lugar que se llama Buena Onda, para que pudiéramos tener más distancia entre nosotros. Eso representó un gasto más para la banda”. A pesar de contar con menos ingresos y más gastos, no todo resultó negativo para Random V, pues Luna afirma que su cantidad de seguidores creció considerablemente en este tiempo: “ver por fin en persona a esas caritas a quienes habíamos conocido de manera virtual en las convivencias o eventos en streaming que hicimos fue lo más emocionante de volver a tocar. Me siento muy afortunado de haber conocido gente tan bonita en el 2020. Si hay algo que caracteriza a Random V, y no sólo lo digo yo, es que es una banda con mucha energía sobre el escenario. Además, espero que podamos retomar la gira que habíamos empezado a planear para ir a varias ciudades del país muy pronto”.

Volver a la música en vivo representa una sensación de normalidad, de compartir de nuevo el derecho al ocio que la pandemia restringió a un espacio privado. Un concierto, de cualquier magnitud, no puede ser posible sin la cooperación colectiva. Así, con esa conciencia de colectividad y bienestar del otro, es como se debe conducir este regreso al espacio público.


Fernanda Piña (Manzanillo, Colima, 1996) estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha escrito y hecho fotografía para las revistas digitales de música Poolp MXRadio TónicaFreim y, actualmente, Warp. Tiene una columna mensual sobre cultura popular titulada La cuestión es moverse en Revista Palabrerías.