I.
el corazón tiene pulpa de lengua
el corazón es casi como un albaricoque
se inflama. como una campana triste crepuscula se espeluzna y se eriza
impecable
sube y baja por el cuello (desaparece)
(tú): a ti te conté que trota en dirección opuesta
y sin embargo yo soy un eco una nube amplia que se distiende
: mi oficio, si acaso, es único en el orden de esta liga
tímida
un tanto secreta,
soy especialista y al mismo tiempo principiante
domador profesional d colibríes ¡ un drogadicto con un serio problema por
las flores
las de carne las de sombra
y las que están por desapar cer muy pronto..
II.
Arenas
qué duda el limo de la duna?
qué riza su irse? su seseo de sílices eólicos de
me-
lancólicos médanos de
esfinges y rozamientos pardos
y ese rodar y rodar que me lleva los
ojos las costillas con su
desencaje
y el químico canjeo de desiertos volcánicos se agitan en lianas aurales que
mis ráfagas se lleva al flujo
se hunden : se amontonan
se asoma? es el soma de las cosas
esparciéndose
III.
quiero creer que es 30 de octubre del 19 te escribo sin más, desde aquí
abajo
con el repique del mar y la sal que me resana lo mismo de lo mismo
ahora que voy liviano y sudo con la yesca que me froto-te
escribo sospechosamente con la sangre roja de poesía, liviano para hacer-
nos uno con todo
tiempo adentro sólo dos ballenas jorobadas que cabecean en el yodo
dos esquirlas minerales que se inventan y se enamoran y revientan-te escri-
bo porque me desbarato en la nebulosa
porque
pendo de una luz de sebo y es treinta veces treinta y tres de octubre y el
juego no deja de jugar porque el agua supérstite existe
yo, como tú, no lloro, y si lloro, lloro
muy poco realmente.
Así son las hojas secas así
son las ramas flexibles así el salitre
en la arruga del tiempo se inmiscuye…
todo loque amamos es el sol! Te
escribo por dentro por si muero de risa sobre el musgo
extraño porque el mundo se hizo de sangre
y el mar es la sangre de la tierra y
el mundo no puede ver su sangre, como el ojo no puede ver el sol…
hoy, Gonzalo, que apenas voy llegando, los muertos que crecían brotan y
florecen todavía aún
hubo una perla en la boca del abismo, y no creo
que ni la flecha ni la asfixia pronto paren de cesar.
me vencerá… siempre lo he sabido algún jueves
me vencerá sobre la arena
cuando me ría de la disolución
arena fresca dibujando ráfagas sin trámite
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Fernando Palma Barahona, Mérida, México, 1996. Estudió Literatura latinoamericana en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. En 2020 publicó su primer libro de poemas, titulado Tulpa, bajo el sello de la editorial [abulia ediciones] de la cual actualmente también es editor y cofundador.
Fotografías: Rafael Rashid Kalife