Cirrina Lab es un proyecto de arte visual que se centra en observar de cerca el mundo microscópico, creado por la bióloga mexicana Inés Gutiérrez. La artista y científica colabora con productores sonoros para crear piezas audiovisuales a partir de imágenes de reacciones químicas, interacciones orgánicas y organismos que captura a través del microscopio. El resultado de esta intersección es fascinante: una serie de paisajes originarios del mundo microscópico que, en conjunto con la música, generan una experiencia inmersiva para el espectador. De esta forma el trabajo de Cirrina confronta al ojo humano a partir de lo “desconocido” y lo invita a reflexionar sobre aquello que permanece invisible a primera instancia, pero que a final de cuentas vive en nosotros y entre nosotros. 

El ser humano occidental moderno ha justificado su comportamiento especista y extraccionista, a partir de la premisa de que su existencia se encuentra encima de la de cualquier otra criatura y elemento del planeta Tierra. Este pensamiento ha alterado el fino equilibrio que existía en la vida del reino animal, la vida de las flores y plantas, los microorganismos y los componentes inanimados. Los efectos nocivos del antropocentrismo se han manifestado en las últimas décadas en forma de ecocidios, escasez de recursos primarios, hambruna, cambio climático, entre muchos otros problemas medioambientales. 

Al abrir la puerta al mundo microscópico, el proyecto de Cirrina Lab pone en evidencia que la vida es interdependiente de su entorno y que los elementos que la sostienen existen a pesar de que no sean reconocibles para el ojo humano. El arte de Cirrina es una invitación humilde y muy bien articulada para descentralizar la mirada androcentrista y voltear a ver aquellos elementos con los que compartimos este planeta y que además, huelga decir, son igual de esenciales que cualquier otra especie o habitante inanimado de esta red cuidadosa y sabiamente tejida llamada naturaleza.